La contaminación de avisos publicitarios
En el transcurso de un día una persona se ve bombardeada por infinidades de propagandas y avisos publicitarios que buscan persuadirlo e influir en sus decisiones constantemente.
Llegar a la mente de los consumidores no es tarea fácil. Cada marca debe pensar la estrategia necesaria para llegar a su público, para llamar su atención y posicionarse en sus pensamientos, ya que es sabido que de todas las marcas, cualquiera sea lo que ofrezcan, solo aproximadamente 10 son las que un consumidor puede recordar a la hora de pensar a quién le comprarán un determinado producto o servicio. Debido a esto, cada empresa invierte millones en campañas publicitarias con el objetivo de impactar y hacer que el público objetivo las recuerde.
Tanto es el empeño de cada empresa por instalarse en la mente de los consumidores, que en nuestro país por ejemplo, una persona está expuesta a alrededor de tres mil tipos de anuncios distintos al día de diferentes marcas. Desde que comienza su día yendo a trabajar, hasta mismo en el trabajo si utiliza la computadora, lee un diario o revisa una revista, una persona es bombardeada por anuncios de diversas marcas que lo único que buscan es abarcar la mayor cantidad de medios gráficos en donde se mueva su target como sea posible para así llamar su atención, y en la mayoría de los casos, lo logran.
Sin embargo, un tipo de publicidades en particular son las que generan mayor descontento entre los consumidores, y son aquellas que están presentes en la vía pública. El problema nace principalmente por el hecho de que este tipo de anuncios son ineludibles, a diferencia del resto que si uno lo desea puede evitarlos pasando de página o
cambiando de canal por ejemplo, por lo que el estar expuestos a semejante contaminación visual, no es algo que los consumidores puedan elegir. Debido a esto último es también que las agencias, conjuntamente con las empresas, optan utilizar este medio como punto de apoyo, ya que tiene una llegada inevitable a una gran cantidad de público.
De este modo, internet, el diario, la televisión, pero principalmente el espacio público, se han convertido en un espacio explotado en su gran mayoría por la publicidad, lo que genera que sea considerado una mercancía más ya que se privatizan los espacios para ser vendidos a las agencias/empresas que buscan ingresar en la mente de los consumidores de cualquier forma como sea posible.
Zuckerberg Martina